Ubicada entre los árboles en la cima de las colinas de Adirondacks, el impresionante contexto es todo: la iluminación simplemente acentúa el espacio y su uso.

La unión de cuatro técnicas de iluminación la hace rentable e ilumina bellamente el espacio. Dentro del volumen de la escalera, la barandilla está construida con cables de tensión que son conductores, a los que una dispersión de lámparas de baja potencia crea una nube de estrellas cuando se ve desde adentro, y simplemente ilumina el espacio amarillo audaz cuando se ve desde afuera. En la sala de estar, con sus vistas panorámicas, los downlights con un nivel bajo de deslumbramiento, iluminan el espacio sin reflejarse en los cristales. Las habitaciones están iluminadas con luz fluorescente indirecta, los baños y la cocina se benefician de la iluminación integrada en los gabinetes.

La simplicidad fue clave: en este edificio rentable pero dramático, la sencillez era el objetivo. Las luminarias se colocaron donde fueron necesarias, con productos técnicos simples.

Gran belleza surge de las decisiones simples en este hogar, decisiones que en esencia se redujeron a un principio rector: sin problemas.

Las vistas impresionantes es mejor no tocarlas con la luz.